Verano 1993, de Carla Simón, en Blu-ray con funda brillante
noviembre 28, 2017 por Roberto García-Ochoa Peces
Verano 1993, dirigida por Carla Simón, ha sido la película elegida por la Academia del Cine Español para representarnos en la carrera hacia el tan deseado Oscar. Y los sellos Cameo y Avalon, fieles a su estilo, han respondido a las expectativas lanzando la película en formato doméstico en DVD y en el radiante Blu-ray, cargado de extras, que presentamos a continuación.
Verano 1993 relata la dolorosa infancia de Frida (interpretada por la jovencísima debutante Laia Artigas), que tras la muerte de su madre es acogida por su tío Esteve (David Verdaguer) y su pareja, Marga (Bruna Cusí), junto a la hija que tienen en conjunto -la aún más pequeña Anna (Paula Robles)-, para desarrollar una nueva vida en la casa que tienen en el campo. Allí se verá obligada a convivir en un ambiente muy diferente al de la ciudad, pero sobre todo deberá aprender a seguir existiendo bajo el difuso recuerdo de una pérdida imposible de asumir a tan temprana edad.
Estiu 1993, en su título original, es el debut en el largometraje de la realizadora barcelonesa Carla Simón, después de haber dirigido cuatro cortos a partir del año 2010. Y supone un ejemplar soplo de aire fresco para nuestra cinematografía, toda vez observado el resultado. Es evidente que su empuje viene condicionado por su exitoso recorrido por festivales nacionales e internacionales -ha resultado ganadora de varios premios a la mejor primera película o dirección en Berlín, Londres, Buenos Aires, Estambul, Málaga…-, refrendado con la elección, por parte de la Academia del Cine Español, como representante de nuestro cine en la carrera hacia el Oscar a mejor película extranjera. Pero bendita sea toda esa publicidad para que haya surtido efecto la necesaria visibilización de una obra que se antoja importante dentro del nuevo cine español, sin duda una de las mejores cintas estrenadas este año en nuestras salas, compitiendo en calidad cinematográfica, valor de contenido y compromiso humano con otros tantos títulos venidos de dentro y fuera de nuestras fronteras.
Simón apuesta por una estética sencilla -que no simple- y cercana, confiriendo a sus imágenes un tono casero, como si de un documental se tratase, pero bien tamizado desde una fotografía de corte natural (y naturista, en consonancia con la emotiva historia narrada). Son retazos visuales de su propia memoria, de sus vivencias en la infancia, que presenta a través de un desarrollo atento y reposado, que no rehuye las palabras pero las reduce a su mínima esencia, recalcando únicamente aquello que merece ser pronunciado para la comprensión de esta terrible experiencia -reproducción de la suya, con sus padres desaparecidos cuando era solo una niña-. De esta manera, favorece la libre y descarnada interpretación de su actriz principal, la pequeña (y genial) Laia Artigas, quien demuestra una inopinada madurez a la hora de sobrellevar el peso de un relato que, probablemente, no entienda, aunque no tenga más remedio que hacerlo. Como su propio personaje, trasunto del de la directora.
Así, la obra se debate, sin ningún ánimo paternalista, entre la combinación de pasajes de efímera felicidad con otros de una honda tristeza, que llevan a la niña a cometer actos de rebeldía fruto de una frustración imposible de contener; fugas -planteadas a modo de juegos- inmersas en una realidad extraña como método de escape al desgarro interior y que van a derivar en algunas secuencias de gran poder evocador, iluminadoras pese a la oscuridad que trata de abrirse camino entre una maraña de sensaciones encontradas, donde el dogma religioso juega un papel no poco relevante. Y sin renunciar a la pérdida, sino aprendiendo a convivir con lo ajeno de manera diferente para asumir su palmaria condición, con la reconciliación y la reconstrucción del ámbito familiar, de las personas cercanas, como insoslayable agente terapéutico. Hay un aroma a la extraordinaria naturalidad fílmica de Víctor Erice en las imágenes que configuran Verano 1993, y eso viene a hablar de la importancia del entorno, y del modo que tienen sus particulares habitantes de relacionarse con él, como método para la (pre)disposición de aquellas historias más especiales. Y esta es una de ellas.
Cameo y Avalon han preparado una edición muy especial para el lanzamiento en Blu-ray de la película en España, acaso en respuesta a su extraordinaria acogida crítica. Se trata de una caja negra que va metida en el interior de una funda protectora con un llamativo y reluciente color amarillo de tonos dorados, exactamente el mismo diseño que ya presentaran las compañías para los lanzamientos de Langosta (Yorgos Lanthimos, 2015), primero, y Elle (Paul Verhoeven, 2016), después; se confirma, de este modo, una edición «brillante» por año. En disco Blu-ray, además de presentar el filme en su versión original en catalán -con varias pistas de subtítulos, en castellano, gallego e incluso inglés- o doblado, viene con una generosa ración de provechosos contenidos adicionales que está a punto de alcanzar, nada más y nada menos, que las dos horas de duración. Se incluyen dos magníficos cortometrajes de la joven directora (Las pequeñas cosas y Llacunes), un making of de media hora con declaraciones del equipo técnico implicado, todo el proceso de casting y ensayos con los actores para preparar la película, dos breves piezas -un teaser promocional titulado «¿Recuerdas los veranos del pueblo?» y una curiosa pieza que compara las fotografías personales de la realizadora con los fotogramas finales de su obra: «La infancia de Carla en fotogramas de verano»-, sendos tráilers en versión original y doblado, y por último, una pieza de la editora con otros títulos de su catálogo.
A continuación, un reportaje fotográfico de la edición (pincha en cualquier imagen para acceder a la galería):