Robert Eggers y Gaspar Noé: luces y sombras en el Auditorio de Sitges 2019
octubre 8, 2019 por Roberto García-Ochoa Peces
Este año Doble Kulto Cinema se incorpora el domingo 6 de octubre a la 52 edición del festival de Sitges. Justo a tiempo para, poco después de soltar apresuradamente las maletas, asistir en la sede del mejor festival de cine fantástico del mundo, el Auditorio del Hotel Meliá, al pase de Vivarium e, inmediatamente después, a la gala de los Premios Méliès, tras los cuales se proyectó Lux Aeterna, la polémica nueva obra de Gaspar Nóe, vencedor aquí el año pasado con Climax. Al día siguiente espera la agradable sorpresa nacional de El hoyo y el sonoro puñetazo sobre la mesa de Robert Eggers con El faro (The Lighthouse).

Asia Argento recoge el Premio Méliès por su carrera
Ya es el octavo año consecutivo que visito Sitges para empaparme del mejor cine fantástico y de terror. O cuanto menos de observar y valorar lo que ha dado de sí la cosecha de este año, aunque al llegar el cuarto día del certamen es inevitable perderse algunas de las cintas más esperadas, como The Lodge (Veronika Franz y Severin Fiala) o 3 From Hell (Rob Zombie), aún estoy a tiempo de vivir el gran atracón de la semana. Durante los próximos siete días este blog tratará de condensar lo vivido aquí, sobre todo dentro del espacio de la Sección Oficial (dadas las limitaciones en pases de ticket que disponemos como prensa los medios más humildes, lo que nos impide desviarnos hacia otras secciones que exhiban obras más arriesgadas o difíciles de ver), haciéndoselo saber a usted, querido lector, a través de crónicas que resumirán, título a título y en pocas palabras, lo visto, y que intentarán ir publicándose con cierta regularidad durante la semana. Siempre que el cansancio y el tiempo, cuestiones que estos días se violan y anulan con extrema facilidad, lo permitan. De Gracias por estar ahí pendiente una nueva temporada.
Vivarium (Lorcan Finnegan) – Oficial Fantàstic Competición
Segundo largo del irlandés Lorcan Finnegan tras Without Name (2016), Vivarium presenta una historia de ciencia ficción enmarcada en una distopía que en realidad no es tal: una joven pareja -estupendos Imogen Poots y Jesse Eisenberg- está en búsqueda de un hogar donde vivir, y topan con un peculiar agente inmobiliario dispuesto a transportarles a la casa y el barrio de sus sueños, reconvertido en una pesadilla de repetición y actos inesperados de los que resulta imposible escapar. Las obligaciones que acarrea nuestra sociedad del bienestar para con la familia y la pulcritud de las apariencias, diseccionadas en un tono bien entendido desde el humor negro y no exento de fugas delirantes, en un relato que no obstante corre el riesgo de estancarse en su tramo medio. Un inicio de festival entusiasta.
Lux Aeterna (Gaspar Noé) – Oficial Fantàstic fuera de Competición
La Premios Méliès encumbran lo mejor del cine fantástico europeo, sea en formato corto o largo. In Fabric, de Peter Strickland (vista aquí el año pasado), Wild de Jan Verdijk, y la directora y actriz Asia Argento, fueron los premiados en una gala que resultó excesiva a varios niveles: primero, por el caprichoso contoneo y orgullosas proclamas de la diva italiana sobre el escenario; después, por la innecesaria verborrea de su acompañante, Gaspar Noé (como consecuencia de algún vino de más en los aledaños), que subiría acompañando a esta y poco más tarde a presentar su nueva obra; y por último, pero no menos importante, por la falta de traducción del inglés en el que habló el presentador de la gala. Sea como fuere, y pasados los interminables prolegómenos, tuvimos tres proyecciones consecutivas, dispuestas de mayor a menor calidad. En primer lugar, una versión restaurada y en color de la que se cuenta como primera obra audiovisual del fantástico universal, Viaje a la luna (George Méliès, 1902), capaz de dejar boquiabierto a un Auditori a reventar; a continuación, el cortometraje Nimic, dirigido por el inclasificable Yorgos Lanthimos e interpretado por Matt Dillon: una suerte de metáfora sobre la alienación que padece la sociedad del presente, inmersa en un decadente proceso de fotocopia humana, en la onda de lo que Paul Thomas Anderson ha filmado recientemente para el nuevo trabajo musical de Thom Yorke y también válido como perfecta continuación del mensaje que minutos antes había emitido Vivarium. Por último, el supuesto plato fuerte de la noche sería Lux Aeterna, pero sus cincuenta y un minutos solo sirven para constatar el ejercicio de autocomplacencia extremo que, con la excusa del amor por el cine y las dificultades interinas de su puesta en marcha lleva a cabo un Noé excedido de cháchara a través de las potentes figuras de Charlotte Gainsbourg y Béatrice Dalle, y predispuesto a epatar al espectador a raíz de su juego de colores, pantallas partidas y luces estroboscópicas que a buen seguro conseguirán su objetivo de causar algún problema a alguien.
Darlin (Pollyanna McIntosh) – Panorama Fantàstic
La primera parada del día la hacemos en el cine Retiro, un clásico del pueblo que, lamentablemente, este año no visitaré tan a menudo como hubiera deseado, dada la extrema limitación en pases pertenecientes a otras secciones que no sean la Oficial a Competición. Así llego a Darlin, la continuación de The Woman (Lucky McKee, 2011), cinta de reclusión salvaje amparada bajo una conseguida metáfora familiar cuya protagonista, Pollyanna McIntosh, se apropia ahora del proyecto, pasando a responsabilizarse también del guion y la dirección. Sin embargo, su poder de convicción detrás de las cámaras no está a la altura de su imponente figura delante de las mismas, y su capacidad para hilvanar una historia que puntee con convicción su acerada crítica religiosa (con arrebatos de pulsión asesina de índole feminista) dista mucho de la sobrepasar lo convencional y previsible. Lástima porque en la figura de Lauryn Canny, su intérprete principal, se adivinaba un auténtico animal escénico aún por explotar.
El hoyo (Galder Gaztelu-Urrutia) – Oficial Fantàstic Competición
El hoyo ya había causado bastante ruido en su recorrido por otros festivales como el TIFF (Toronto International Film Festival), pero su estreno en el festival de Sitges ha causado verdadera conmoción entre el respetable. El debut en el largometraje del bilbaíno Galder Gaztelu-Urrutia supone un milimetrado ejercicio de puesta en escena bajo un argumento mínimo: el encierro de una pareja de personajes en el interior de lo que parece ser una celda multicubículo en forma vertical. En efecto, Cube (Vincenzo Natali, 1997) despierta con prontitud en nuestro inconsciente cinéfilo, pero la situación aquí es mucho más estática y la evolución dramática así como los giros, menores, lo que no resta un ápice de credibilidad a esta entusiasta propuesta de teatro filmado, que recorre su parabólico cometido para con nuestra imposible reconciliación como especie merced a una gran dirección de actores, a la soberbia actuación de estos (el joven e impetuoso Iván Massagué y el muy veterano y zorro Zorion Eguileor no pueden interaccionar mejor), y a una cuidada fotografía de tonos rojizos y metal afín al relato. ¡Bravo, Galder!
Luz (The Flower of Evil) (Juan Diego Escobar Alzate) – Oficial Fantàstic Competición
Otro debut en el formato de larga duración, en esta ocasión del colombiano Juan Diego Escobar Alzate, Luz (The Flower of Evil), a diferencia de la anterior, se ocupa por demostrar poderío desde el mismo plano de abertura, donde el espectador ya puede percibir la clara manipulación del color, saturado hasta un grado extremo con el único objetivo, acaso, de embellecer la imagen. Una sobreabundancia impostada que se refrendará cuando El Señor (interpretado por Conrado Osorio), padre predicador y patriarca autoritario de una comunidad reducida, en la que ampara a sus tres hijas y sita en medio de las espesas montañas, comience a hablar, desplegando el manto de una narración morosa y pesada hasta decir basta. Presentada por su responsable como un cuento del tan ahora socorrido horror-folk, Luz destila más de lo segundo que lo primero, y aun así su afán formalista resta cualquier signo de credibilidad a esta superchera historia.
It Comes (Kuru) (Tetsuya Nakashima) – Noves Visions
La sección Noves Visions es un estandarte de propuestas arriesgadas y fuera de marco, que no pueden permitirse el lujo de competir con grandes producciones del fantástico actual pero capaces, no obstante, de arrojar un halo de novedad en su seno. It Comes quizá no dé para tanto, asentada su propuesta en el J-Horror más manido (espectros del más allá que acuden a molestar a sus extrovertidos congéneres), aunque su director -el veterano Tetsuya Nakashima, responsable de Confessions (2010) y El mundo de Kanako (2014)- se esfuerce por entregar imágenes impactantes. Pero si estas no cuajan es debido a su falta de construcción, más interesado su responsable en impactar a raíz de su estruendosa aparición que en tejer un drama con pleno sentido en torno a la familia y allegados que se ven afectados sin ton ni son por un horror que les devora y revienta a su paso sin que haya habido tiempo para entender por qué.
El faro (Robert Eggers) – Oficial Fantàstic fuera de Competición
Aunque exhibida también fuera de competición, como en el caso de Lux Aeterna, El faro era una de las cintas más esperadas de todo el certamen. No en vano se trata de la segunda realización de Robert Eggers, que en el año 2015 filmara lo que perdurará como un clásico moderno del cine de terror: The Witch. En esta ocasión se aleja del horror más convencional pero ni mucho menos lo desecha, ya que se trata de un descenso, en violenta y creciente espiral, al centro mismo del conflicto y la razón humana, de la mano de los marineros Thomas Wake (Willem Dafoe) y Ephraim Winslow (Robert Pattinson), quienes chocan por su distinta concepción de la profesión y de la vida. Cine de cámara y ensayo, recluido, agobiante y con necesarios abrazos a lo surreal; concebido y filmado de nuevo bajo la brillantez de un joven que semeja un maestro precoz, en un blanco y negro poroso y sucio que se encuadrada en una pantalla cuadrada, para evocar a sus grandes ancestros y hacer (aún) más asfixiante esta alucinada y soberbia ficción. Tendrá su estreno comercial en unos meses, así que recomiendo encarecidamente no perdérsela.