Continuamos el repaso a las cintas que contienen buena parte de las imágenes más impactantes vistas en 2024 con el segundo y definitivo apartado. En los próximos días publicaremos, de modo similar, una entrada con los filmes favoritos de este blog estrenados durante el año pasado, con independencia del género al que se adscriban.

8. Oddity (Damian McCarthy)

Oddity, segundo largometraje dirigido por Damian McCarthy tras Caveat (2020), es una pequeña producción de terror atmosférico que apenas llegó a una decena de salas españolas en noviembre, tras su paso por la sección Panorama del último festival de Sitges. A partir de la historia de una médium ciega que llega a la casa de su hermana, recientemente fallecida en extrañas circunstancias, el cineasta irlandés pone en marcha un efectivo ejercicio de puesta en escena que logra acongojar, sobre todo, a partir de la inquietante imagen -y sutiles movimientos- del muñeco de madera que aquella usa para «conectar» con el espacio e indagar en el crimen que en él se alojó. Lástima de la débil construcción de los personajes y del caprichoso guion, pero aun así la cinta depara algunas secuencias para el recuerdo de cualquier buen amante de los sustos en pantalla.

7. El último late night (Colin y Cameron Cairnes)

Vista en la Sección Oficial del festival de Sitges de 2023, en primavera de 2024 llegó a pantallas comerciales de nuestro país Late Night with the Devil, bajo la traducción de El último Late Night. Auspiciada por las buenas críticas de la prensa especializada, se trata, no obstante, de una cinta de nicho, que dejará bastante indiferente (por no decir otra cosa) al público general. La intención de los hermanos Colin y Cameron Cairnes es brindar, desde el mismísimo cartel, una aproximación a la temática ocultista y paranormal de la que bebe, deglute e incluso regurgita su último filme. Un pequeño gran ejercicio de orfebrería «retro» proveniente de Australia que acoge a la televisión no ya como elemento promotor de este último show, sino como arma de terror orgánica, embaucadora y arrojadiza contra el espectador.

6. De naturaleza violenta (Chris Nash)

Otra cinta que venía pegando fuerte desde territorio norteamericano, más en concreto de Ontario (Canadá) fue In a Violent Nature, estrenada en nuestra cartelera bajo un más cuestionable De naturaleza violenta, por aquello de perderse en el camino de la traducción un matiz importante que alude al interior… cuestión primordial en este slasher de bajo presupuesto rodado en un municipio boscoso dentro de la citada localidad. En cualquier caso, supone el estreno en solitario en el largometraje por parte de Chris Nash, técnico de efectos especiales y maquillaje, quien aporta un soplo de aire fresco al subgénero a través de unas inquietantes imágenes de tono semidocumental que siguen, literalmente, los pasos de un brutal asesino que va a acosar a una serie de turistas alojados en las inmediaciones del que fuera su hogar.

5. Stopmotion (Robert Morgan)

En este caso, disponemos de un título que ha pasado al estreno directo en streaming (Movistar+) y Blu-ray, pero que se cuenta como una joya que se construye y juega con elementos del tipo de animación al que alude en su título. Se trata de una producción inglesa que se ha venido trabajando durante diez largos años, y eso es algo que denotan las cuidadas imágenes que elabora Robert Morgan. Aunque su metáfora en torno al contagio de la obsesión y dependencia enfermiza de la protagonista (animadora de marionetas para la técnica del stop motion) resulta muy evidente desde un primer momento, la manera en que la animación ficticia se fusiona con la real, repleta de ricas texturas, fluidos y sonidos de puro efecto opresivo, cuando no sencillamente terrorífico -y a veces también propenso al exceso-, así como su transmutación física y el letal efecto psicológico heredado por el sufriente personaje interpretado por Aisling Franicosi, no pueden sino dejar boquiabierto al más pintado. Chapó.

4. La sustancia (Coralie Fargeat)

La nueva película de Coralie Fargeat, realizadora francesa que debutara en 2017 con la muy estimulante Revenge, ha causado una auténtica revolución en el universo cine de 2024. Y hablo en modo general, porque una bestia como La sustancia logró alojar su extrema propuesta en salas comerciales para arrollar, de este modo, a cualquier clase de espectador a partir de sus potentes y bien cuidadas imágenes, la mayoría de cuyos rasgos estéticos ya eran observables, en una acepción algo menos depurada, en la antes citada. Aunque para el espectador cómplice supondrá una suerte de viaje fascinante colmado de (evidentes) referencias, para el que escribe estas líneas supone, empero, una oda al exceso que acaba siendo devorada por la monstruosidad que hace patente, tal y como comenté en su momento.

3. MaDs (David Moreau)

David Moreau regresa al territorio genérico con que se dio a conocer a partir de su debut en Ellos (Ils, 2006, codirigida junto a Xavier Palud), cinta adscrita a la denominada «nueva ola de terror francés», de la que MadS recupera parte de su esencia, esto es: la descarnada y virulenta mostración en primer plano de un terror de cariz físico, intimidante y que hiere al espectador por su cercanía. Una suerte de contagio del mal mediante su trasvase fílmico que, en esta ocasión, viste a sus jóvenes personajes como zombis para hablar de la confusa realidad pandémica y el desorientado sino que atañe a los jóvenes de hoy en día. Y todo ello mediante un rodaje en plano secuencia -o simulación del mismo: semejante despliegue de nervio en pantalla no puede sino confundir también al que lo mira- que es pura golosina técnica… y sustrato narrativo (para el que se fija en estas cosas). Pudo verse dentro de la Sección Oficial del pasado Festival de Sitges, y espero que pronto llegue a plataformas para que cualquiera pueda disfrutar de uno de los mejores capítulos de terror que ha legado el año 2024.

2. Strange Darling (JT Mollner)

Estrenada en el último tercio del año con un número muy reducido de copias y próximamente disponible en plataformas, Strange Darling, dirigida por el antes actor JT Mollner (que debutara en 2016 detrás de las cámaras con Ángeles y forajidos), es una bomba de relojería dividida en seis capítulos que se desarrollan de manera no cronológica. Esa estructura forma parte de un ingenioso plan por parte del cineasta norteamericano para jugar con los prejuicios y asunciones por parte del espectador en torno al rol de género que representan la pareja de protagonistas, un hombre y una mujer que se conocen y comienzan a divertirse una noche… Como resulta muy complicado hablar de este filme sin caer en el tan temido spoiler, me limitaré a decir que su hábil, dinámica y colorida puesta en escena funciona como un reloj suizo a la hora de ensalzar las virtudes de este survival con sorpresa. Un título tremendamente transgresor y que dará que hablar. Y una cima en el cine de género visto en 2024.

1. Nosferatu (Robert Eggers)

Y dejamos para el final la que, sin duda, se trata de la mejor obra de terror estrenada el año pasado, capaz de conjugar unas extraordinarias imágenes de inspiración gótica con una narración que es pura poética en torno al efecto liberador del amor sexo. Robert Eggers, que debutara en 2015 con aquella excelente ración de folk horror moderno que es La bruja, regresa con todo su potencial a una historia, la de Drácula, que le obsesionaba desde que, siendo niño, descubriera las fotografías de Max Schreck caracterizado como el primer Nosferatu cinematográfico, en la cinta dirigida por F.W. Murnau en 1922. Una aproximación que es radicalmente diferente a cualquiera de las múltiples muestras que se hayan visto hasta el momento, abordando un vampiro mucho más realista que refuerza su naturaleza monstruosa, mientras abunda en simbología de configuración ocultista a lo largo del relato y termina por ofrecer una experiencia sensorial sin parangón en el cine de terror actual. Y además, con el gesto cómplice de estrenarse el día de Navidad, para mayor herejía.