Cuerpos deformes y el conflicto del tiempo pasado en el arranque de Sitges 2024

Arranca la 57 edición del Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges y, como cada año desde 2012 (con la honrosa excepción del 2020 pandémico), me desplazo a la localidad catalana para chutarme cine en vena durante los próximos siete días. Una vorágine solo posible de comprender para el asistente habitual, y un necesario OVNI para el lector ajeno al festival. Son días de supervivencia casi literal, donde el sueño es una quimera más grande que la del propio cine y la alimentación un bien de segunda necesidad: aquí se viene a ver cine. Y eso es, justamente, lo que voy a tratar de transmitir en estas palabras apresuradas escritas en huecos de programación más bien escasos. Así que allá vamos, con los cuatro primeros títulos visionados durante el viernes (y parte del sábado: el último formaba parte de un maratón de tres películas a cuyas dos últimas no había otra opción que renunciar). El repaso a la Sección Oficial comenzará a partir de la siguiente crónica.
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THE SUBSTANCE (CORALIE FARGEAT) – SITGES COLLECTION

El título que debía, necesariamente, hacerse un hueco en la siempre complicada programación -no todo es libre elección: existen auténticas peleas online por obtener las reservas para los pases de prensa, y este fue uno de los más codiciados- es la nueva propuesta de Coralie Fargeat, que ha venido rodeada de no poca polémica debido a su excesiva propuesta a su paso por otros festivales como el de Cannes.

Lo cierto es que la realizadora francesa propone imágenes gore sin ambages, crueles y despiadadas con el cuerpo humano, si bien ya había bastante de ello en su anterior trabajo, Revenge (2017). De hecho, retoma la mayor parte del llamativo sello visual que ya imprimiera en aquella, como el realce del contraste para los colores primarios en cada escena, los primeros planos del movimiento corporal y el exhibicionismo de sus carnes magras -en especial, lo que al culo femenino se refiere-, los primerísimos planos que resaltan el feísmo de algunas de nuestras peores costumbres -como masticar con delectación y la boca abierta- y, además, también imprime un ritmo alto que deja al espectador sin posibilidad de respiro. La visión del hombre vuelve a ser extraordinariamente negativa, situándole unívocamente en roles de depredador sexual (o empresarial), y es que el punto de vista es el de la mujer sufridora (fantástica Demi Moore, insuflando en modo sarcástico una nueva vida a su carrera), que ha de renacer, cual ave fénix, de sus cenizas para sobrevivir.

Como se ve, es un calco estilístico y casi temático de la anterior, solo que virando el género: del Rape & Vengeance pasamos al Body Horror más extremo… y cómico. Porque el filme toma unos derroteros que apagan su fuego y sangre inicial para encender otros fuegos, los de artificio, y siempre a base de apelmazar referencias a cintas de diversos maestros concentradas en los ochenta que resultan no solo muy evidentes, sino en ocasiones demasiado caprichosas (por no decir risibles). En resumen: un perfecto monstruo sin voz propia.

Body Odyssey (Grazia Tricarico) – Noves Visions

Debut en la dirección de la italiana Grazia Tricarico, Body Odyssey bordea también los contornos del Body Horror, pero utiliza un escenario real, el del culto al cuerpo elevado a su máxima expresión -está protagonizada por Jacqueline “Jay” Fuchs, campeona de culturismo-, para dar voz propia al interior de este, proponiendo una suerte de metáfora alucinada (y, en ocasiones, justamente cuando mejor funciona la cinta, alucinógena) de las consecuencias que pueden producir el exceso de anabolizantes, sobre uno mismo y en la relación distorsionada con nuestro entorno. El problema son sus altibajos de ritmo y la difícil empatía que llegamos a sentir con la actriz principal, cuyas cualidades para la interpretación dramática se muestran asimismo limitadas.

TIMESTALKER (ALICE LOWE) – Noves Visions 

Otro título de la sección Nuevas Visiones, lugar arriesgado hacia el encuentro de posibles joyas que serán muy difíciles de ver de otro modo (propuestas más innovadoras y con escaso, en algunos casos inexistente, recorrido comercial), o también al abrazo del último artefacto de pretenciosidad de turno. Timestalker se queda a medio camino entre ambas, pero sus apenas noventa minutos de duración deparan una muy entretenida comedia dramática de involuntarios viajes en el tiempo protagonizados por Alice Lowe, directora, guionista e intérprete que presentó su nuevo trabajo junto a Nick Frost (Shaun of the Dead) y el resto del equipo, lo que lleva a su personaje desde la Escocia de 1680, a la Inglaterra rural de 1790, pasando por el Manhattan de la década de 1980 o un siglo XXII apocalíptico. Una producción modesta pero muy bien rematada en todos sus apartados, en especial en lo relativo a la ambientación de época, que juega casi todas sus bazas a la oleada de chispeantes diálogos que nutren su narración.

1978 (Hermanos Onetti) – Midnight X-Treme

Los hermanos Onetti, Nicolás y Luciano, son unos clásicos del festival de Sitges. Tuve la oportunidad de entrevistarles con motivo de la presentación de su segundo trabajo, el neogiallo Francesca (2015), y desde entonces han presentado varias películas más, el primero de ellos también en solitario. Anoche, se subieron al escenario de Tramuntana para presentar su nueva colaboración, 1978, título que alude directamente al año de celebración del mundial en su país de nacimiento, Argentina, en un momento clave para el mismo: atravesaba una dictadura y el general Videla perseguía y ejecutaba a los disidentes por medio de profesionales de la tortura y fanáticos de extrema derecha, sirviéndose del brazo armado del estado, mientras el país cantaba los goles que proclamaban a su selección campeona del mundo por primera vez.

El planteamiento de los Onetti no es indagar demasiado en los vericuetos históricos que desembocaron en ello (léase, el lavado de imagen que quiso suponer el evento a nivel internacional), ni siquiera en plantear matices al respecto: muestran ejercicios de tortura y sacan a relucir el miedo que padecieron las víctimas en un duro primer tramo. Lo más interesante, en cambio, es el giro genérico, de índole fantástico, que introducen avanzada la cinta, y que deriva en el exacerbado tramo final: funciona tanto a modo de (grueso) sarcasmo, como de ejercicio de diversión cómplice para el espectador asistente a esta sesión de Midnight X-Treme (no hace falta explicar el título). Una aproximación harto novedosa a esta triste época de nuestro país hermano, en un momento, además, donde vuelve a encontrarse en una difícil coyuntura política, como bien se ocuparon de recalcar estos ilustres invitados.

 


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