2024 ya tocó a su fin y durante estas semanas es tiempo de recopilar algunos de sus momentos más destacables. En lo referente al cine, desde Doble Kulto Cinema queremos proponer una primera lista orientada hacia aquellos títulos que han destacado en el apartado del cine de género, nuestro predilecto, y en especial en lo concerniente al terror, en un año especialmente prolífico y bien aprovechado en esta materia; si bien no en todos los casos disponemos de un horror entendido de la manera más literal, todos los títulos que siguen lo abordan de una u otra manera. ¿Acaso hay algo puro en esta vida? A este respecto, urge decir que no se trata, necesariamente, de las mejores películas vistas este año -aunque sí hay algunas que podrían incluirse en ese listado alternativo, que también publicaremos próximamente-,sino de aquellas que más han impactado al abajo firmante, y que, del mismo modo, han tenido un recorrido o relevancia digna de mención a nivel internacional. Tampoco se trata de cintas estrenadas exclusivamente en cines, sino que han podido desarrollar su proyección a través de plataformas de streaming durante este año, y muchas de ellas también han pasado por el festival de Sitges (incluso en la edición de 2023, dado que varias fueron producidas hace un año). Ofrecemos sin más dilación la primera parte de la lista, que ha sido necesario dividir en dos porque hubiera resultado inasumible en una sola entrada. Esperemos que resulte de su interés.

15. Terrifier 3 (Damien Leone)

La tercera parte de la serie Terrifier -que no es la respectiva vez que aparece el payaso Art en pantalla, como explicamos en la crítica de la primera– ofrece una nueva dosis de gore sin medias tintas y que no deja de sorprender poder ver en unas multisalas de un centro comercial, si bien de una manera más meditada que en la anterior (si es que puede decirse semejante cosa en un producto de estas características). Puede que la factura técnica sea algo más lograda que en Terrifier 2 -no digamos ya respecto a la cinta original-, pero la recuperación de algún personaje a modo de cómplice ejecutor, así como su ascendencia sobrenatural, se antojan elementos forzados que hacen perder fuelle a una serie que ya de por sí no tiene demasiado nuevo que ofrecer… por mucho que el payaso se vista de personaje navideño.

14. Smile 2 (Parker Finn)

Otro título perteneciente a una más que posible nueva saga, la ideada, en este caso, por Parker Finn, capaz de explotar una buena idea desde un corto inicial (Laura Hasn’t Slept, 2020) que trasladó, poco después, a un impactante primer largometraje. Tal y como contábamos en nuestra reseña de Smile 2 en el momento de su estreno, el realizador incide en aquella aterradora idea en torno a un mal intangible que cerca a los personajes con que se encuentra para acosarlos hasta su derribo físico y mental -cuestión ya expuesta unos años atrás, y de manera magistral, por David Robert Mitchell en It follows–, pero aprovecha la coyuntura para incorporar una lectura adicional, a modo de metáfora obvia y machacona a lo largo de todo su metraje, en torno al poder de la fama como elemento fatalista, cuyo portador se ve obligado a sufrir las inclemencias del fan y cargar con ellas hasta el interior de su domicilio.

13. LA MESITA DEL COMEDOR (CAYE CASAS)

Aunque es una película producida en 2022, el boom internacional desencadenado en torno a La mesita del comedor, segundo largometraje de Caye Casas tras Matar a Dios (2017), ha venido dado en 2024, merced a un comentario en la red social X por parte de Stephen King en el que aseguraba no haber visto nada tan negro, horrible y tremendamente divertido a un mismo tiempo («el sueño más oscuro de los hermanos Coen», concluía). No sé si da para tanto, pero parte de razón no le faltaba, y es que esta modestísima producción, rodada en apenas dos semanas en un piso de Terrassa, explota una idea tabú antes que terrorífica para construir una comedia impensable en torno a ella, y es a partir de la mostración de un patetismo inenarrable como Casas y su coguionista, Cristina Borobia, logran extraer el amargo jugo a su macabro planteamiento para legar un rastro de inmundicia y establecer una amarga lectura en torno a la fatalidad en el seno de la pareja moderna, sobre las decisiones forzadas que tomamos en pos de la ¿feliz? convivencia, sirviéndose para todo ello de una cochambrosa mesita de comedor. Disponible como estreno directo en la plataforma Filmin desde mayo de 2024.

12. Alien: Romulus (Fede Alvarez)

Quizá era necesario volver al origen para retomar con éxito una saga tan manoseada y vuelta de todo como la de la mítica Alien. El uruguayo Fede Álvarez sabe de eso -véase su notable recuperación de Evil Dead (2013)- y, así, junto al guionista Rodo Sayagues decide realizar un remake no confeso de la cinta original creada por Ridley Scott hace 45 años, sumando por el camino citas a todas y cada una del resto de títulos de la veterana saga, pero adaptando convenientemente sus imágenes a los nuevos tiempos en pos de la complicidad del público más joven… Mas sin olvidarse del fan clásico, por más que esto le acarree, precisamente, problemas de consistencia narrativa y credibilidad (véase la recuperación del androide encarnado, IA mediante, por Ian Holm). El resultado es irregular pero el conjunto se antoja tremendamente entretenido, y resulta innegable la capacidad de Alvarez para pergeñar un puñado de set pieces aun rescatando ideas ajenas -en mi memoria queda grabado ese tiroteo en ausencia de gravedad- que viene a demostrar que todavía hoy se pueden seguir escuchando gritos ahí fuera capaces de resonar con fuerza aquí abajo.

11. Vermin: La plaga (Sébastien Vaniceck)

Una cinta que habrá pasado desapercibida para muchos es esta producción francesa del 2023, vista en la edición del festival de Sitges de ese año (se alzó con un premio especial del jurado y fue nominada a mejor película) y que llegó a Movistar+ el pasado junio, así como fue publicada en Blu-ray por Divisa Films. El punto de partida de Vemin: La plaga es sencillo: un amante de los animales exóticos adquiere una pareja de repugnantes arañas venenosas para su particular colección, pero estas no tardan en escapar de su pequeña guarida. A partir de ahí, Sébastien Vaniceck logra poner en escena, de manera harto convincente y a partir de un ritmo enérgico, un auténtico tour de force de terror para el espectador, que cuando mejor funciona es en la literalidad del horror que ofrecen sus impactantes secuencias, y no tanto a la hora de intentar deslizar, a su rebufo, cierto discurso sobre la clase baja, los guetos y su reclusión a modo de colmenas en ciertas barriadas francesas de las que, no obstante, parece conocedor. Y es que… ¿Quién no tiene fobia a las arañas?

10. Immaculate (Michael Mohan)

Estrenada con apenas un mes de diferencia respecto a un título gemelo como La última profecía, Immaculate, dirigida por Michael Mohan, se muestra menos proclive al canon clásico del terror y más inclinada hacia la libre herejía -en herencia directa del género de la nunsploitation, nacido en Italia en los años setenta- que la también interesante obra dirigida por Arkasha Stevenson. Producida por su actriz protagonista, una sufridora Sidney Sweeney, se cuenta como una modesta producción sin demasiadas aspiraciones pero buen acabado formal, que va introduciendo una serie de retablos inquietantes (como el que preside estas palabras) y que crece en intensidad hasta asumir la virulencia sanguinolenta como ejercicio de batalla contra los corsés del estamento eclesiástico. Un gran SI.

9. Longlegs (Osgood Perkins)

Recibida en EE.UU. con amplio entusiasmo, poco menos que catalogada como clásico instantáneo del terror moderno, el cuarto largometraje de Osgood Perkins -en efecto, hijo del famoso Anthony y que, de hecho, apareciera por primera vez en el cine interpretando a un joven Norman Bates en Psicosis 2 (1983)- llegó a la cartelera española en pleno verano para bajar la temperatura momentáneamente. Longlegs aborda un relato harto duro, concebido bajo una atmósfera que se respira insana y que gira en torno a la investigación, por parte de un miembro novato del FBI (Maika Monroe), de una serie de asesinatos en masa de tintes ritualísticos… Deudora de obras maestras del thriller terrorífico como El silencio de los corderos (Jonathan Demme, 1991) o Se7en (David Fincher, 1995), entre otras, depara algunas imágenes para el recuerdo -entre ellas una caracterización irreconocible de Nicolas Cage-, pero la autoconsciente desmesura y ambición en el terreno expositivo que demuestra su director no casan con cierto aire discursivo en torno a un tema, el del satanismo, que deviene en un mero ornamento pop.

Continuará…